Úbeda abrazó, ayer, la
bienvenida de la que este año será la Fiesta Taurina de la ciudad de los
cerros. El auditorio del Hospital de Santiago se convirtió, una vez más, en
templo de palabras hechas poesía, en honor a la fiesta nacional, celebración
que hoy en día es objeto de controversia en nuestro país, pero que a su vez
despierta la pasión de quienes entienden la misma desde la belleza, el respeto
y el valor.
El XX Pregón taurino llevaba
este año nombre de mujer. La periodista, Chesca Martínez Carrillo, puso letra y
voz a toda una oda al mundo de la tauromaquia, arropada por el calor de decenas
de ubetenses que no quisieron perderse la cita. Enfundada en un vestido rojo,
que bien podría hacer homenaje a los folclóricos trajes de luces, la linarense
pisaba escenario para arrancar su intervención asegurando que, pese a sentir
nervios cuando se le encomendó la responsabilidad de abanderar el pregón,
también fue consciente de que quizás sí tenía algo que decir. Arrancó pues un
emotivo periplo que, de manos de una ubetense más, tal y como la joven plumilla
asegura sentirse, tendría su primera parada en el más sincero homenaje a su
familia. “En este ambiente crecí, aprendiendo a amar una tradición tan nuestra,
un arte incuestionable y una seña de identidad que va escrita en nuestra propia
genética. De la mano de mi abuelo y mi padre, fui madurando en torno a una
pasión que desde entonces forma irremediablemente parte de mí”.
Redobles de guitarra, de la
mano de Marcelino Sánchez Gómez, acompañaron un manifiesto que por momentos
olía a claveles y albero y que denotaba un cierto aire romántico a su paso por
la poesía, protagonista también del recital. “El toro, la luna y tú. Sin más
testigos que tu latido incierto y acelerado, propio del amor furtivo”, entonaba
la pregonera.
La proclama recogió reflexiones sobre la situación
actual por la que atraviesa el mundo taurino y, desde las tablas del escenario,
sirvió a Chesca Martínez para lanzar un mensaje alentador a los seguidores y
amantes del bien cultural.
“Tenemos la enorme
responsabilidad de formar a los aficionados del mañana, si queremos y aspiramos
a que esto que hoy nos une no quede en un recuerdo perdido en las páginas de un
libro antiguo”. La periodista hizo suyas palabras de grandes referentes como
Morante de la Puebla, Federico García Lorca, Goya, Picasso, o el paisano
Joaquín Sabina y apostó, en muchas de sus líneas, por el respeto a aquellos que
sienten y viven de la tradición.
Tampoco faltó un capítulo con
sello ubetense. Úbeda, tierra de Verónicas y Chicuelinas. Y qué mejor figura
que Juan Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda” para formar parte imprescindible
del mismo. A él se le rindieron curtidas y bellas palabras de admiración.
“Torero de sangre y estirpe, torero de herencia. Eres elegancia, seriedad, eres
trofeo Lagartijo”, esbozó Chesca Martínez, tras un espléndido despliegue por
parte del maestro que no dejó indiferente a los presentes. Capote en mano, y
advertidos los primeros redobles de guitarra española, el matador hacía alarde
de su curtido potencial con vistosos movimientos del gabán, en un toreo de
salón que los allí congregados despidieron con un caluroso aplauso.
Llegaban los últimos coletazos
de un manifiesto cuya protagonista desnudó con los nervios propios a flor de
piel y con una emoción desbordante que se extendió al resto de invitados. La
presentación y valoración del cartel taurino que se disfrutará durante la Feria
de San Miguel coparon el final de un discurso que supo a verdad, a experiencia
y a una incuestionable pasión por el toreo. “Demos ejemplo, respetemos y, sobre
todo, hagamos nuestras las palabras del maestro Castella: salgamos del armario
y llenemos las plazas”.
El acto concluyó con la
entrega a la pregonera de una placa distintiva por parte de Carnicerito de
Úbeda. Asimismo, el periódico Úbeda y Baeza Comarcal, patrocinador de la cita,
le obsequió con un trofeo en bronce y un ramo de flores. :: ALBA MÁRQUEZ
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