11 abr 2011

El Adiós a un buen Presidente


Hoy hemos dado nuestro último adiós a Salvador Moya, un buen aficionado a los toros y magnífico amigo, además de haber sido uno de los mejores Presidentes que sin lugar a dudas ha tenido la Peña Taurina de Antonio y Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda”.
El amigo Salvador del que se puede decir ha estado vinculado prácticamente toda su vida a la Peña Taurina “Carnicerito de Ubeda”, fue Presidente en distintas etapas dentro de los casi 50 años de vida de la misma. Persona con una gran afición por la Fiesta de los Toros que supo de la misma forma transmitir a su esposa e hijos dicha afición, se desvivió por conseguir como así fue su resultado, mantener en un alto pabellón el nombre de “Carnicerito de Ubeda” representado en su peña, ya que Salvador se enorgullecía -en el buen sentido de la palabra- de ser un gran amigo del malogrado diestro ubetense Antonio Millán. Oír hablar a Salvador del maestro Antonio era todo un placer ¡con qué pasión recordaba esa primera época de su Peña Taurina!
Muchos han sido los Presidentes con los que ha contado esta Peña, pero si algo ha habido que haya distinguido a Salvador  ha sido el ayudar a los toreros cuando les ha hecho falta, no en vano esta entidad con Salvador Moya al frente así lo hizo en los primeros pasos de uno de los buenos toreros de Ubeda como es el maestro Paco Delgado.
Últimamente el amigo Salvador estaba pasando una mala racha, de hecho en el mes de junio del pasado año tras unos delicados días, decidió para el doce de ese mismo mes convocar una Junta Extraordinaria, donde tras comentarnos a los asistentes los males que le aquejaban; presentó su cese como Presidente, proponiendo a quien les escribe como sucesor en el cargo.
La verdad es que ya venía tiempo atrás proponiéndome dicho cargo pero yo siempre dándole ánimos le alentaba a que siguiera manteniéndose ahí, firme, pues no había duda que la Peña Taurina formaba parte misma del amigo Salvador, sentía y vivía esta asociación de amigos con unas inquietudes que solamente la pueden manifestar las personas que como Salvador son unos buenos aficionados a los Toros. Si deja el cargo ¿Qué va usted hacer, Salvador? le comenté en más de una ocasión. Y Salvador con la entereza y fortaleza que tiene la gente del Toro a pesar de que como vemos no se encontraba con la vitalidad necesaria para afrontar un cargo de esta envergadura, siguió y siguió por tal de que “su Peña” siguiera adelante, hasta que un día me dijo: Cisneros, yo ya no puedo seguir y la Peña de Carnicerito como él la llamaba, no puede desaparecer, quisiera que tú y Cipriano sigáis con la labor de mantenerla viva y que apoyéis a Juan Antonio como los “viejos socios” apoyamos a su tío Antonio.
Ante tal circunstancia accedí al cargo y en la labor encomendada ponemos todo nuestro empeño, ya que soy de los que piensa que el legado dejado por nuestros mayores debemos ser los más jóvenes -aunque ya no lo sea tanto- los que debemos continuar con esa labor a la que tanto empeño y afición le han puesto nuestros mayores.
No hace muchos días me encontraba con otro antiguo socio de esta Peña, su nombre es Juan y está en la Residencia de Mayores de Torreperogil. Me comentaba Juan cosas de la misma como aquellos días de convivencia entre socios que se organizaban en la Sierra de Cazorla, las antiguas capeas en la Plaza de Toros de Ubeda e incluso los días de campo con una comida de hermandad y asistencia a la lidia de algunas becerras de parte del actual titular de la Peña, en la que los socios de igual manera podían demostrar sus cualidades taurinas ante las becerras en casa de Cristóbal Millán, del mismo modo comentaba las cenas “Homenaje a la Mujer del Socio”. Muchas han sido las vivencias que junto a estos socios ya mayores hemos podido disfrutar de la mano de presidentes como Salvador, que han puesto todas sus fuerzas en que esta Peña Taurina ocupe un lugar de privilegio en la provincia de Jaén.
Por todo esto amigo Salvador, ahora que así lo ha decidido el Altísimo, solo puedo decirte como creyente, que ahora es cuando realmente has terminado tu mandato en la Peña Taurina y, que puedes estar seguro que el trabajo que otros empezasteis será continuado por los que aquí seguimos.
Recuerdo en el programa dedicado a la memoria de Antonio Millán que hicimos el pasado mes de noviembre cuando comentabas lo a gusto y orgulloso que te encontrabas al lado del maestro Antonio cuando te solicitaba estar junto a ti en el balcón de tu casa para presenciar alguno de los Pasos de las Cofradías que componen esta maravillosa Semana Santa que tiene Ubeda. Este año a buen seguro te reencontrarás con el maestro Antonio, tu admirado amigo Ángel Luís “Bienvenida” y tantos otros buenos toreros para presenciar nuestra Semana Santa desde ese “Balcón Celestial” que solo los elegidos pueden hacerlo y que a buen seguro tú Salvador, estarás entre ellos.
Muchas horas estaría hablando del amigo Salvador, pero como el espacio apremia solamente diré que esta Peña Taurina pierde uno de sus mejores socios, uno de sus mejores presidentes y uno de los mejores amigos de sus amigos. Que en Paz descanse y Dios tenga en su Gloria a nuestro querido amigo y siempre Presidente, Salvador.
Del mismo modo, la Peña Taurina de Antonio y Juan Antonio Millán, desde este medio de comunicación quiere trasladar su público y más sentido pésame a la esposa e hijos de Salvador Moya por tan sensible pérdida y que tanto le alentaron a seguir trabajando por su Peña.

 Salvador con familia y amigos en una capea de antaño

De fiesta en la Sierra de Cazorla

Junto a D. Manuel el cura
en la inauguración de la anterior sede
al fondo el también socio fallecido Simón López

6 abr 2011

Epoca de Tentaderos. El Toreo en el Campo


Todo aficionado tras la Feria de Valencia está esperando con ilusión la llegada de otras como Sevilla, Madrid y el resto de ellas que para todo aquel que no pueda acudir a las referidas Ferias las tiene por poco dinero a su alcance en una cómoda localidad a la que yo llamo “tendido cero”.
Pero esta semana hablaremos del toreo en el campo, nada que ver con ese otro toreo que vemos en las Plazas de Toros cualquier tarde de Feria.
Presenciar una mañana o tarde de tentadero en cualquiera de la infinidad de ganaderías que tenemos en la provincia de Jaén a pocos minutos de nuestra residencia es todo un privilegio. Y lo es porque para disfrutar de una buena tarde taurina simplemente hay que estar “de tapia”, observar la bravura de unas becerras frente al caballo y ver que quien se pone delante para comprobar la bravura de las reses con capote y muleta sepa para qué sirven los avíos de torear; el aficionado sienta ese toreo que surge de lo más hondo de los toreros en estas tareas camperas, que dicho sea de paso, sirve para comprobar que hay otros TOREROS con mayúsculas tan capaces de ocupar puestos que no sé decir el porqué de la situación de muchos de ellos. Y al referirme a toreros me refiero tanto a novilleros como a matadores de toros. 
El campo es distinto, el campo es algo maravilloso. El campo no deja de ser otra gran tarde de toros cambiando algunos matices, uno de ellos fundamental para el aficionado es que aquí se aprenden muchos aspectos en el comportamiento del toro que la gran mayoría de asistentes a una plaza de toros no saben ver si no se es un buen aficionado y, de estos ya quedan pocos. Y por supuesto también se conocen muchos aspectos de la vida de un torero. Toreros que vienen desde muchos kilómetros para poder estar al día y preparado por si surge ese ansiado contrato que le lleve a ocupar un puesto en cualquier feria aunque sea de pueblo. Hay que tener afición y ser un profesional de los pies a la cabeza para venir conduciendo de noche desde la zona del Levante español hasta la provincia de Jaén, torear dos becerras y volver rápidamente para cumplir con otras actividades ese mismo día.
Puesta a punto en el campo, donde no hay “chispeantes” cargados de alamares en seda y oro, no hay aplausos, pero si mucha verdad por la importancia de lo que se está realizando. Aquí no hay habitación ni coches de lujo en aparcamientos de complejos hoteleros, no hay mozos de espadas. Un cuarto del cortijo preparado al efecto es el que hace de habitación de hotel para que los toreros vistan su atuendo campero compuesto de calzona, camisa y unos lustrosos botos camperos. No es tarde de aficionados esperando apretujados al torero en la puerta del hotel, no son tardes de triunfos y salidas por Puertas Grandes aunque algunas sean más merecidas que las de muchas Plazas de Toros.
Solo unos pocos amigos privilegiados en las puertas de los magníficos cortijos que tras saludar al ganadero y maestros intervinientes, nos dirigimos a la plaza de tientas donde aguardan las becerras que bajo un silencio sepulcral el aficionado fácilmente advierte que aquí si alguien triunfa es el Toro. Ese toro imaginario y soñado que aún no ha sido si quiera engendrado y que con la exigencia que se le pida a su madre de parte del señor ganadero, si esta responde a las mismas, pasados cuatro años en el mejor de los casos podremos ver lidiar en una plaza de toros de nuestra geografía.
Los toreros con su valor, firmeza y profundidad en su toreo campero, dejan adivinar sus ilusiones, puestas sin duda en lo pueda resultar una gran tarde de toros en cualquier feria. Una vez vista y comprobada la bravura de la becerra tanto en caballo como en la muleta llega la hora de gustarse toreando, es cuando el momento se parece más a una tarde de toros, pero a diferencia de ésta no hay bullicio de gentes ansiosas de ver triunfar a su torero, ni desplantes a la galería, ni orejas y salidas por la puerta grande en señal de triunfo, no hay ¡olés!, si acaso un “bien” profundo con el que el ganadero acompaña a una media verónica del maestro que deja la vaca a la distancia deseada o a un natural largo y templado.
De esta forma hemos vivido esta semana en dos ganaderías como la de D. Juan Pablo Jiménez Pasquau con la presencia del matador de toros Dámaso González (hijo) y los novilleros Francisco Montiel y Alejandro Enríquez. Estar junto al maestro Dámaso González padre después de tantos años retirado y que fuera mi torero en su época en activo es algo que no se puede narrar. El segundo de los tentaderos donde acudimos estuvieron los matadores de toros Juan Antonio Millán, el sevillano afincado en Castellón Paco Ramos y el joven maestro José Carlos Venegas, un lujo de cartel que hizo disfrutar a los presentes ante unas reses de procedencia Juan Pedro Domecq, de distinto comportamiento aunque con generalidad en bondad y bravura ante el caballo del Picador Santiago Sánchez, mayoral a la vez de la ganadería de D. Juan Pablo. Ese mismo día por la tarde pudimos estar de nuevo en la Finca Cerropelado del ganadero D. Iñigo Garzón donde del mismo modo Carnicerito de Ubeda, ante reses con procedencia Núñez del Cuvillo volvieron a dar toda una lección de lo que es una lidia campera que suele hacerse para el ganadero antes de “hacerle cosas” como suele decirse en el argot taurino cuando el torero ejerce la lidia gustándose y toreando para sí mismo una vez vista para el ganadero. Nuevamente el picador “Santi” demostró su buen manejo en el caballo y citando con la vara en alto como en las mejores plazas de toros, alentando a las becerras a tomar el caballo y comprobar su bravura en el mismo.
Agradecer a los señores ganaderos Juan Pablo Jiménez Pasquau e Iñigo Garzón, así como a sus mayorales Santi y Luís, la amabilidad con la que siempre nos reciben en su casa, los sabios conocimientos  que comparten para mejor conocimiento del toro bravo y poder de esta manera llevársela al aficionado lector, además de hacernos sentir unos momentos inolvidables. Inolvidables porque en mi caso y a la voz de “ya está vista maestro” de parte del ganadero, seguidamente con su permiso se da paso al aficionado que está de “tapia” y quiere demostrar sus habilidades sacando presto la muleta del hatillo, intentando emular lo que ha visto hacer al maestro que ahora se encuentra pendiente por si hubiera que hacer un quite. Inolvidable porque permite comprobar que a pesar de la edad no existen distancias con el ayer, que la afición a los toros jamás se ahoga con el tiempo, la ilusión por torear tampoco, aunque es verdad que al principio hay dudas y temor, un temor que anida en la realidad del momento y te envuelve en confusión, pero hay algo que no puede explicarse y de repente, sientes como el cuerpo se te ciñe en un fuego sin calor que te hace sentir una esperanza de poder que fluye como el agua fresca y cristalina de una fuente. Es entonces cuando el tiempo ante la cara de la becerra se hace eterno, tanto que; caminando despacio y en silencio frente a ella, te da tiempo a pensar que a pesar de los años tienes que expresar tu arte, intentar bordar un derechazo, un natural o un pase de pecho, si esto se consigue sientes como se para el tiempo, quedando un recuerdo de ese mágico momento en la mente que ya nadie te puede arrebatar. Un minuto de gloria, un minuto que te da fuerza y vitalidad para sin ser torero, hacerte sentir y seguir viviendo en torero.
Con este más que artículo, relato, quiero del mismo modo agradecer a Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda” por ser, al igual que los mencionados ganaderos, partícipe de hacerme sentir a su lado estas experiencias que puedo compartir con todos los aficionados. Gracias Torero.
P.D. Por un problema técnico no os puedo poner fotos del tentadero en la gnanadería de D. Juan Pablo Jiménez Pasquau, pero aquí os pongo algunas del realizado en la Finca Cerropelado de D. Iñigo Garzón. Que las disfruteis.
Fotos.- Ana Patricia Cisneros

JUAN ANTONIO TOREANDO CON LA DERECHA















CON LA MANO IZQUIERDA, SUPERIOR
  













El picador Santiago Sánchez en todo lo alto


"Perucha" quitando la becerra del caballo

Comenté en uno de mis artículos que la Ganadería de Herederos de D.Gregorio Garzón Valdenebro es una ganadería a tener en cuenta. La calidad de sus reses ratifican lo afirmado.


Esta seguro es una futura madre de la ganadería
estaremos pendientes a sus productos

 El señor ganadero D.Iñigo Garzón en un derechazo

 Aqui rematando una serie por la izquierda

D. Iñigo Garzón creando afición

 El otro ganadero D. Javier Garzón

 Juan José "Perucha" en un natural

 "Perucha" en otro natural

 "Perucha" rematando con el de pecho

Foto de familia

3 abr 2011

Fotos del Festival de Higuera de la Sierra






Tarde triunfal en Higuera se la Sierra


Triunfal Festival Taurino en Higuera de la Sierra (Huelva), donde el torero Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda” estuvo arropado por socios de su Peña Taurina que quisieron acompañarle en su primera intervención en público de este año.
Dentro de lo que puedo conocer a “Carnicerito de Ubeda” las muestras de cariño que nuestro torero recibió en esta localidad onubense donde es un ídolo, es algo que no me extrañó en absoluto Fue todo un privilegio del que los socios que estuvimos presentes pudimos disfrutar. Muestras de cariño tanto fuera como dentro de la plaza, porque Juan Antonio Millán es torero dentro y fuera de la plaza, de lo contrario esta simbiosis sería imposible de producirse.
Higuera de la Sierra es un pueblecito situado en la ladera de la Sierra de Santa Bárbara. La Plaza de Toros está adosada a la Ermita del Santo Cristo, del año 1887, en ella se celebra el afamado Festival Taurino, la cita taurina con más solera de la provincia que cada año acoge a las principales figuras del toreo. El impulsor de este Festival Taurino fue el padre Francisco Girón, un cura apasionado por los toros. Sin duda alguna al ver el monumento que tiene dedicado al pie de la Iglesia existente en la plaza frente al edificio donde está ubicado el Ayuntamiento, se me vino a la mente la figura de nuestro Padre Evaristo y hasta llegué a preguntarme si ahora que están los dos juntos allá arriba, algo tendrá que ver en lo que Juan Antonio significa para este bonito pueblo que desde aquí recomiendo que visite quien no lo conozca.
Con el paso de las décadas, este Festival se ha convertido en todo un clásico. La pretensión del padre Girón era muy clara: recaudar dinero para la Cabalgata de Reyes Magos. Junto al «cura de los toreros», su amigo Miguel Báez «Litri» fue  estrecho colaborador para que el festival sea el santo y seña de tal fin. Por este festejo y en su singular plaza de toros, han pasado las más importantes figuras del toreo de las últimas décadas: Antonio Ordóñez, Diego Puerta, Rafael de Paula, Juan García Mondeño, Paco Camino, Santiago Martín «El Viti», Manolo Vázquez, José María Manzanares, Litri hijo, Rafael Camino, Jesulín de Ubrique, El Cordobés... a todos, absolutamente a todos, el padre Girón les entregaba, al final de sus actuaciones, las dos orejas y el rabo. Genio y figura.
RESULTADO DEL FESTEJO: Con lleno absoluto se lidiaron Toros donados por los ganaderos Diego Puerta, Luís Algarra, Ricardo Gallardo “Fuente Ymbro”, Fernando Cuadri, Manuel Ángel Millares, José Luís Pereda y Murube. Se premiaron con la vuelta al ruedo a los Toros de Fuente Ymbro, Cuadri y José Luís Pereda.
Antes del comienzo del festejo se realizó una entrega de trofeos a los toreros actuantes en agradecimiento a su desinteresada actuación, así como a los ganaderos por la donación de la reses a lidiar en tan importante Festival Taurino.
Los toreros José Luís Parada, Manuel Díaz “El Cordobés”, José Luís Moreno, Aníbal Ruiz, Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda”, Oliva Soto y el novillero Diego Ramos fueron premiados con los máximos trofeos al concluir sus faenas.
Independientemente de los trofeos otorgados dado el carácter singularísimo de este festival, diremos que todas las reses lidiadas, en mayor y menor medida dieron un excelente juego sin dar complicaciones a los toreros. En este sentido decir que las vueltas al ruedo a los toros referenciados fueron concedidas a buen criterio, pero dentro de ellos quisiera destacar al toro de Cuadri, un toro de excelente trapío, peso y cuajo, un toro con trasmisión para el aficionado y de esos que lleva el hocico a ras de albero sin hacer ningún tipo de extraños; como aficionado, creo que este toro de haber podido ser lidiado en una plaza importante “digamos que hablo de Madrid”, es de los que antiguamente se decía de ellos que llevaban “un cortijo en cada pitón”, muy buen toro el donado por este excelente ganadero onubense.
Los toreros todos dignos en sus actuaciones. Al igual que he hecho con los toros lidiados, de los diestros actuantes destacaría a José Luís Parada ante un buen toro de Diego Puerta; ver torear a un torero que cuenta con 62 años ya cumplidos es todo un lujo. Toreo añejo que salvo en contadas ocasiones poco vemos en la actualidad. José Luís Moreno y Oliva Soto, sencillamente extraordinarios, Aníbal Ruiz muy dispuesto ante el buen toro de Cuadri y el novillero Diego Ramos demostró oficio ante el de Murube.
He dejado para el final a nuestro paisano “Carnicerito de Ubeda”. Juan Antonio lidió un buen toro de Manuel Ángel Millares que aunque tuvo nobleza y bondad acusó falta de fuerza, una pena dada la calidad de este toro. Así y todo vimos a un Juan Antonio que se acopla con cualquier toro que tenga delante, superándose a sí mismo día a día. Nada más recibir al toro y con solo dos lances vimos a un público respondiendo al torero con esos ¡Oles! que llegan al alma. Y es que no era para menos, ya que en el recibo de capote estuvo cumbre con unos lances a la verónica con gusto, sabor y templanza para rematar con una media por el pitón izquierdo que tuvo Ussía. Con la muleta del mismo modo y a pesar de las condiciones del toro, Juan Antonio estuvo soberbio cuando el animal respondía en las embestidas. Bien colocado en todo momento y dándole la distancia justa que necesitaba el toro, supo llevarlo muy templado y con mucho gusto, dado como he dicho la calidad de la res de Millares. Pudimos disfrutar de esos naturales de frente que como todos sabemos Juan Antonio interpreta como nadie. En su conjunto, una buena faena que remató con una estocada en todo lo alto que hizo rodar al toro sin puntilla.
En definitiva, los socios de su Peña Taurina que acudimos a Higuera de la Sierra, pudimos disfrutar de un buen día de convivencia con una temperatura ideal, excelente gastronomía serrana y un festejo que en su conjunto tuvo unos matices inolvidables para el aficionado.
Para finalizar apuntar un comentario realizado de parte de unos aficionados habidos justo detrás de mi localidad y por el cual pude entablar conversación taurina con ellos. Dicho comentario fue simple y llanamente ¡Que buen torero es este “Carnicerito”, coones!