26 mar 2010

LLANOMOJAO: Tierra en la que los toreros se inspiran en el ruedo

La esencia del toreo se pudo disfrutar en Llanomojao en la mañana del sábado donde los toreros que allí se dieron cita torearon con enjundia haciendo disfrutar a los aficionados.
Un año más, Llanomojao fue escenario de puro arte, allí se dieron cita José Luis Moreno, Juan Antonio Millán "Carnicerito de Úbeda", Luis Miguel Vázquez y David Mora, que junto con el anfitrión, Félix Jesús Rodríguez hicieron las delicias del público. Las becerras de Hermanos Tornay contribuyeron a ello, en total se torearon cinco becerras. Las cuales pudieron torear los aficionados una vez que habían terminado los maestros.
El que abrió cartel fue el cordobés José Luis Moreno que tanto con el capote como con la muleta fascinó a todos los aficionados que allí se dieron cita. Sobre todo destacaron los naturales tan profundos y con tanta enjudia que dio. Su hijo desde el tendido miraba con admiración a su padre. Un pequeño que tal vez algún día decida seguir los pasos de su progenitor. ¿Quién sabe? Los genes por lo menos los tiene.
La segunda becerra le correspondió a "Carnicerito de Úbeda", a nadie que visita Llanomojao le sorprende como torea el jienense, ese toreo puro y clásico que tan sólo él sabe hacer. Ese día lo pudieron disfrutar.
Y también comprobar como su hermana Magdalena coge la muleta y se pone delante de las becerras. Solía acompañar a su hermano en los tentaderos, y aunque hacía dos años que no se ponía delante de una becerra apenas se le notó. "Quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez" según el refrán tradicional.
Otro de los toreros a los que vimos en la plaza de Alamillo fue a Luis Miguel Vázquez, aunque su becerra no fue la mejor de todas, y le hizo sudar, pero estuvo a la altura de las circunstancias. Consiguió sacarle muletazos cuando en un principio parecía que la de Tornay no iba a contribuir a ello. Esto le sirve de preparación para su próximo compromiso, que no es otro que el día 20 de enero en Illescas, para el certamen Puerta Grande.
A quien también le servirá de entrenamiento para dicho certamen será a David Mora, aunque él hasta el día 3 de febrero no tiene que hacer el paseíllo. Mora se entendió muy bien con su becerra y aunque fue la última y el hambre estaba haciendo mella en los asistentes, esperaron para disfrutar del arte de este joven matador.
El anfitrión
En tercer lugar toreo Félix Jesús Rodríguez, todos los años se pone la calzona y los zajones para que los miembros de su peña vean que aún queda dentro de él ese buen torero que un día quiso llegar a lo más lejos, y al final cambió el oro por la plata. Siendo hoy día uno de los mejores banderilleros que existen dentro del panorama nacional.
Quien pudo aprovechar la embestida de todas las becerras y con ello poder aprender el oficio fue Emilio Bresó, a pesar de los revolcones que recibía se quedaba muy quieto y volvía a ponerse delante de la cara de la becerra.
Premios
Después de torear se procedió a la comida y tras el café se entregó el trofeo del taurino del año, que en esta ocasión había recaído en la fiesta del año anterior en Paco Alcalde. El matador de toros de Alamillo no pudo asistir a recogerlo por una indisposición médica. Fue su sobrina Marta la que lo recogió en su nombre, transmitiendo a los presentes la alegría de su tío por dicho galardón.
También se nombró al taurino de este año, que no fue otro que Balbino Bejarano un alamillero de pro, que lucha por la fiesta nacional como nadie, será en diciembre de este año cuando recoja su trofeo.Para quien también hubo una pintura y una poesía fue para Félix Rodríguez, algo que no esperaba y que agradeció a los presentes.
Fuente.- Raquel Montero

Sensibilidad en Llanomojao


La magia del toreo alterna con la sensibilidad en Llanomojao
Mañana de emociones en Llanomojao, unas más agradables que otras. Por ejemplo: bajada de tensión del presidente de la peña y revelación de un aficionado como futura promesa del toreo.
Un milagro surgió el pasado 2 de enero en Llanomojao. O tal vez ese milagro viniera concedido por alguien con ese nombre que ahora ocupa un palco especial en el cielo. Y es que el sol lucía en lo alto para permitir que en la finca se practicara el toreo. Después del temporal que arreciaba en toda España, parecía casi imposible que la fiesta que la peña taurina de Alamillo se pudiera llevar a cabo. Aunque siempre hay un rayo de esperanza en el que creer.
Aunque antes de que comenzara a practicarse el toreo en el albero hubo un pequeño susto. Regino los Santos, el presidente de la peña, sufrió una bajada de tensión y tuvo que ser atendido por los servicios médicos de la localidad. Una pequeña “cornada” que no le impidió contemplar el toreo y dar su opinión desde el palco de la placita de toros de Llanomojao.
Aunque no se trataba de un festival o de una corrida de toros, propiamente dicha, se respetó la antigüedad de los toreros, como viene siendo habitual. Abría cartel Aníbal Ruiz, que hacía un par de años que no pisaba ese albero y donde tiene seguidores afines a su toreo. Dejó muestras de la madurez que atesora dejando una trincherilla marca de la casa para paladares exquisitos.
Carnicerito de Úbeda volvió a mostrar su elegancia a la hora de coger capote y muleta. Con hondura y profundidad toreó a la buena becerra de Expósito. Al igual que lo hizo David Mora, con esa calidad que ha cosechado durante la temporada, aunque este torero siempre ha contado con esa calidad, pero la continuidad a la hora de torear se hace más visible.
Para cerrar el cartel, el anfitrión de la fiesta, Félix Jesús Rodríguez, que no tuvo la dicha que le saliera la mejor de las becerras, aún así solventó la papeleta como sólo sabe hacerlo este hombre de plata.
La revelación de la mañana fue un aficionado veterano que causó una gran impresión en los asistente. Lucio Mozo lleva varios años cogiendo la muleta, pero con el sentimiento que le ha puesto este año pocas veces, no porque él no citara a las vacas con la misma pasión, simplemente por la calidad de las de este año, que han dejado que el toreo fluya con un arte especial.
Aparte de los aficionados y de los toreros profesionales brillaron con intensidad dos jóvenes promesas manchegas como son Diego Gutiérrez Mora y Emilio Bresó, las últimas embestidas de las eralas de la ganadería de Expósito.
degustación
Tras el sabor a toreo del “güeno” que se disfrutó en la placita de tientas se pasó a degustar los manjares de la tierra, para finalmente completar la jornada con la entrega del trofeo de taurino del año que en esta ocasión quedaba en casa, ya que al finalizar el año se eligió a Félix Rodríguez, más conocido como El Mayoral, como taurino del año, por ser un gran aficionado. Momento de máxima emotividad al conceder el galardón por los recuerdos del año pasado, que no eran otros que los evocados por la figura de Milagros, su esposa, que con orgullo posaba a su lado cuando lo nombraron taurino del año.
No terminó la emotividad en el tramo que El Mayoral sino que su hijo le cogió el testigo, ya que los componentes de la peña le hicieron entrega de un regalo sorpresa para él.
Félix Jesús Rodríguez no se imaginaba que su peña le iba a hacer entrega de su primer vestido de torear, aquel que le compró a El Capea, un azul marino y oro que en el año 96 regaló a la peña Vasilea de Suiza. Conseguir el vestido costó mucho, pero al final lo consiguieron, y ahora lo mostrará en una vitrina en su casa.
La jornada campera continuo con una fiesta de flamenco, ya que los componentes del grupo Tomás y Fran tras dejar la muleta cogieron el micro para con sus voces cautivar a los presentes.
Momento mágico fue cuando Fran se arrancó cantando mientras David Mora estaba toreando, se hizo un silencio sepulcral para escuchar esa voz flamenca junto a los cites del torero.
Y como no podía ser de otra manera, el taurino del año del 2010 es Lucio Mozo, que recibirá su premio en la fiesta de diciembre de este año. Así lo ha decidido la junta directiva de la peña.
Fuente.- Raquel Montero (Foto)
Foto.- Finca Llanomojao