Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda”
Es tu toreo anhelado oasis en el desierto
Que bajo el sol radiante de una Tarde de Toros
Al aficionado cautivas con tu Arte, arte efímero
Y a la mujer, esa mujer Castellana, Andaluza
Mora y Sultana consigues deshojar el alma
Y seducir su corazón nada más pisar el albero
Albero donde bajo una mirada callada y ardiente
Retozan al unísono Amor y Muerte
Muerte y Amor, real y divino juego es, como tu toreo
Albero donde embutido en tu traje seda y oro
Abres tu capote ante un bravo Toro
Toro Bravo, embajador de una Noble Pasión
Un año más llegada esta fecha, la Peña Taurina de Antonio y Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda” se viste de gala para celebrar una jornada junto a su actual titular el día de su cumpleaños.
Aquí estamos con nuestro torero, porque Juan Antonio, a pesar de las pocas oportunidades que le dan para torear, cada tarde que lo hace, ya sea en el campo o en la plaza, porque es torero y así se siente en ambos escenarios; cuando coge el capote o la muleta, demuestra algo más grande que la vida misma, su honor, un honor dirigido a la verdad, la pureza y elegancia del toreo puro. Elegancia y arte que son para este torero como la verdad, el honor o la pureza, valores supremos en un hombre; en un torero como lo es Juan Antonio Millán.
“Carnicerito de Ubeda” quieran o no, es de esos hombres que se viste de luces y lleva consigo algo difícil de explicar que se llama torería. Su toreo puro e intenso, de ese que de vez en cuando y en contadas ocasiones aún podemos apreciar en un ruedo donde cada vez lo pisan menos toreros y solo unos cuantos lo parecen, aunque todos se vistan de luces. Seamos claros, Juan Antonio Millán es Torero y como dice el refrán, hay que dar al César lo que es del César.
Los que amamos y sentimos esta Fiesta y el toreo que interpreta el maestro Millán, creemos en ese día de gloria que ha de llegar, tiene y debe ser así, de lo contrario la tauromaquia no tendría sentido, y eso no puede cambiarlo las decisiones de unos cuantos.
Está claro que cuando un torero lo es con verdad y triunfa en las condiciones de “Carnicerito de Ubeda”, imprime a la Fiesta un halo de aire fresco dejando en evidencia a lo que ha venido denominándose toreo moderno. Su renovada peña, la Peña Taurina de Antonio y Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda”, donde a ninguno de sus socios -y ya vamos por sesenta- nos guía el éxito del momento, ni un torero que pertenece al G-10 ni a los grandes “trust”, tampoco lo lleva ningún apoderado ni empresa del oligopolio implantado, donde el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma “clase social” donde algunos poderosos negociantes más que taurinos, se aúnan para que todo el negocio dependa de su libre facultad y a su autónoma voluntad; un mundo taurino que por desgracia es así como se encuentra desde hace décadas; pero hay algo que nos diferencia de otras Peñas Taurinas, y es la amistad, el cariño y sobre todo la convicción de que “Carnicerito de Ubeda” es torero, un gran torero aunque le nieguen el pan y la sal en su propia casa. Así y todo, y porque la vida, si tiene valor es porque se enfrenta a la muerte y a las adversidades; nos permitimos seguir ratificando el momento de madurez, preparación y mentalización en que se encuentra nuestro torero.
No hace siquiera dos años, un once de septiembre de 2010, me ratifiqué a mí mismo en la Plaza de Toros de un pueblecito ciudadrealeño llamado Cuadalmez, lo que verdaderamente era Juan Antonio Millán, el festejo no era una de esas grandes corridas de toros de feria, era tan solo un festival, pero esa tarde el maestro Juan Antonio, primero con su capote y después con su muleta me habló muy bajito, pegado al oído, expresándome desde el ruedo muchas cosas que desconocía.
El recuerdo de aquella tarde, donde bajo un sol que aunque casi otoñal lucía con gran expresividad y fuerza -¿sería que quiso emular a alguien esa tarde?- en plena meseta castellana, me brindó la muerte de un toro es algo que me quedó grabado en lo más profundo de mi mente y mi alma, algo que ya nadie me puede arrebatar y vivirá conmigo, realmente un gran honor.
Un excelso toreo, su toreo, que hizo emocionarme de verdad. Fue una tarde de sentimiento, tarde de toros donde resurgió el toreo de verdad. Como si personalmente estuviera embutido en el campero traje corto, pude percibir el sentir de cada lance llevando cosido al toro con cadencia, toreo de capa al ralentí para rematar con una ceñidísima media verónica que provocó el “rugido” general del público asistente, un auténtico cartel de toros.
Disfruté de una buena tarde de toros, en realidad disfruté de Juan Antonio Millán; claro que esto no tiene nada de especial para quienes tienen el privilegio de ser buenos y sabios aficionados, que conocedores de lo que es el toreo, saben de la verdad de este torero y lo que es y significa su toreo, el que “Carnicerito de Ubeda” ostenta para disfrute exclusivo de ese buen aficionado al que hago mención y solo él sabe paladear.
Pero a decir verdad -la que creo me ha venido caracterizando hasta el momento para mal de muchos- aunque nunca he dudado de la gran profesionalidad de este torero -31 años de socio así lo avalan- ahora que tengo el privilegio de “intimar” más de cerca la vida de un torero, desde mi admiración pero también desde mi más profundo respeto; no sería hasta este pasado año compartiendo una cena y posterior mesa de tertulia con otro buen torero de la provincia y el propio Juan Antonio, cuando realmente pude concebir el albor que rodea a este torero como persona.
Ahora, más que nunca ratifico la grandeza personal que envuelve a este hombre que lucha diariamente para hacerse con “SU” sitio entre los convocados “a la mesa” y que les niegan con la misma realidad y rotundidad que les pertenece. Algunos hay, que necesitan convertirse en Santo Tomás y meter el dedo en la llaga para creer. Su Peña, sus amigos, quienes le queremos, creemos firmemente en él; por eso proclamamos a los cuatro vientos la clase de torero que es Juan Antonio Millán; y de camino a ver si algunos otros -obviaré nombres- se enteran y aprenden lo que es el toreo.
Queridos Socios y sobre todo amigos, disfrutemos esta noche, todos juntos y en hermandad, algo que siempre ha caracterizado a esta Peña Taurina, la más antigua de Ubeda y segunda en la provincia de Jaén, todo un honor para quienes la componemos.
Y a usted maestro, gracias por ese apoyo y esas lecciones, bellas lecciones de honestidad que son todo un ejemplo para la vida misma. Suerte TORERO, porque te la mereces y porque te queremos.
Con respeto, tu Peña Taurina.
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