Dejamos agosto, al que llaman el
mes taurino por excelencia y nos metemos en septiembre, tiempo de vendimia
donde al igual que al dulce fruto, los toreros van exprimiendo el final de la
temporada, pronto llegará San Lucas y con él vendrán despedidas, balances y
exámenes de la temporada.
Durante este mes y medio que
queda para apurar la temporada de 2013, no sabemos lo que nos quedará por
presenciar en los ruedos españoles donde aún nos quedan ferias importantes como
la de Zaragoza, pero lo que sí puedo decir es que dentro de nuestra provincia
nos quedan muchas y con buenos toreros como son Villanueva del Arzobispo,
Villacarrillo, Andújar, Cazorla, por supuesto la Feria de San Miguel en Úbeda y
el broche de cierre de temporada en la capital de la provincia, Jaén.
El verano se acaba y como digo,
el mes de agosto nos ha dejado unas sensaciones veraniegas que jamás podremos
olvidar. En nuestra provincia este mes, ha habido toreros que nos han hecho
saborear ese toreo que gusta al buen aficionado, casos de Alberto Lamelas y
Adrián de Torres en Baeza, David Galván en Navas de San Juan, José Carlos
Venegas en Pegalajar, José Ignacio Rodríguez y Javier Conde en Castellar.
Pero por encima de todo ha habido
un torero cumbre, lleno de empaque, sentimiento y una forma de expresar el
toreo que han hecho erizarse los bellos de muchos aficionados, es Juan Antonio
Millán “Carnicerito de Ubeda” en el cuarto toro de la tarde en Pegalajar.
Pienso que a “Carnicerito de
Ubeda” solo supieron ver le, los aficionados más avezados, una faena de
importancia ante un toro también muy importante de la ganadería de
Torrehandilla-Torreherberos.
A
“Carnicerito de Ubeda” no lo voy yo a descubrir a estas alturas. Juan Antonio
Millán es un torero distinto, es la tauromaquia en estado puro, es un torero
que transmite sensaciones inexplicables sin flores a la galería, torea para él
y como suele decirse, se torea como se es y se es como se torea, es puro
sentimiento.
“Carnicerito
de Ubeda”, bien es verdad que torea poco, pero cuando lo hace, mantiene con su
torería a raya a los ultrajadores de la tauromaquia mentirosa, defendiendo con
verónicas y naturales el toreo de verdad, está alcanzando lentamente, como es
su toreo, el puesto que hace años ya debiera haber ocupado; así lo ha
demostrado cuando ha toreado en Ubeda con corridas de las llamadas “duras” como
en otras que dicen comerciales, como en Pegalajar este año ante una muy seria
corrida de Torrehandilla como he apuntado anteriormente. Porque Juan Antonio
Millán, no voy a caer en la trampa de decir que es un “torero artista” término
peyorativo que se utiliza para definir a aquellos toreros que carecen de valor
pero que saben hacer cosas pintureras y que ni de broma se anuncian con hierros
“duros”. No, oigan no; Juan Antonio mata en Madrid lo que le echen, como fue el
caso de su confirmación de alternativa ante una muy seria corrida de Moisés
Fraile, se cruza al pitón contrario y se pone en el sitio donde los toros
cogen. Pero además es que su toreo es caro, no le sirve el adorno y, es el
mejor intérprete en la actualidad sin ninguna duda del toreo al natural. ¡Qué
despacio torea “Carnicerito de Ubeda”, que largo y que lento, toreo de emoción
y de entrega demostrando que se puede ligar estando cruzado. Cuando ves eso, piensas
que nada puede superarse, hasta que en el toro siguiente compruebas que Juan
Antonio Millán se supera a sí mismo y los carteles de toros se suceden con su toreo
eterno, mágico, personal, estético, profundo que es capaz de desplegar este
torero de Ubeda.
Esperemos
que ya que no ha sido anunciado en otras ferias de la provincia, lleguemos a
poder ver su toreo en la Feria de Ubeda, la afición quiere verle después del
triunfo del pasado año, que además por derecho propio se merece un puesto de
lujo en la cartelería de San Miguel.