Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Acabo de llegar de Úbeda donde este año he tenido el privilegio, invitado por la Peña Taurina Antonio y Juan Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda”, de pronunciar el pregón de la feria.
Y por lo que he sabido en la ciudad de los cerros, no debe ser un buen año para la “lírica” pues hay varios frentes abiertos.
Macarena Humanes, del partido Iniciativa Popular Ubetense ha denunciado que el empresario de la plaza, Víctor Pérez, cuya concesión municipal termina este año, aunque tiene derecho a una prórroga, carece de los permisos para visar los contratos a los matadores debido a deudas contraídas en temporadas anteriores. Así se lo hizo saber a Humanes La Comisión de Seguimiento de Espectáculos del Convenio Nacional Taurino.
Me dicen que Víctor Pérez ha pagado la deuda y por consiguiente la feria no tendrá ningún problema en arrancar el día 29. Lo que no se sabe es si esto será suficiente para que el empresario obtenga los permisos, o como pasa con los morosos bancarios, pasará al RAI taurino, de tal forma que le cueste trabajo obtener crédito.
Sea como fuere, insisto, no parece que deba haber ningún inconveniente para el comienzo de la feria.
El segundo contratiempo es que en los carteles no aparece el titular de la peña, Juan Antonio Millán, y el día 12 en la presentación, el alboroto fue mayúsculo, porque el matador explicó su postura diciendo que no había rechazado ningún cartel, que hubiera matado la corrida de Cebada Gago como en otras temporadas ha matado miuras, pero que lo que pedía para esta feria era “dignidad” a su persona, como bien tiene merecida, por haberlo demostrado en otras temporadas, para ir en uno de los carteles de los dos días fuertes de la feria. El público, según me cuenta Pepe Cisneros, redactor taurino de Úbeda Información, se puso de parte del torero y el empresario Víctor Pérez, se perdió, nunca mejor dicho, por los cerros de Úbeda, con una respuesta destemplada, alusiva a las “cornás” que él tenia, y que debería haber escogido lo que le ofrecían. Parece ser que la concejala Josefa Olmedilla no supo defender en el acto, la postura del torero ubetense, o en todo caso la tradición, quizás no escrita, de que al menos un matador de Úbeda debería incluirse en la cartelería de la feria, en tanto el Consistorio participe en el presupuesto de la feria de toros.
Otra cuestión que no puedo dejar de comentar es la falta de sensibilidad por parte del Ayuntamiento, de no enviar representación al pregón taurino, que como viene siendo tradicional organiza la peña Carnicerito de Ubeda en su decimosexto año. Quizás los encuentros con los aficionados el día de la presentación de los carteles supusieron un acicate para no asistir, previendo que en el pregón volvieran a esgrimirse lanzas en contra del consistorio. Por supuesto nada más lejos de la realidad, pues el día del pregón supone para la peña un día grande de alegría y de confraternidad en el que no tienen cabida rencillas y reivindicaciones, pues el honor y la vergüenza imperan entre sus socios. Con lo que como decía aquel, el Ayuntamiento ha quedado como “La Chata”.
Así las cosas, parece que no pinta nada bien el futuro del alcalde de la ciudad José Robles, del PP, que por otros motivos y por este de lo taurino, (en publico llegó a decirle a Carnicerito, que si salía elegido alcalde, estaría en los carteles), el pueblo, desorientado, mal dirigido y abandonado ante la falta de criterio de este alcalde puede pedir, y los partidos que se sientan en el ayuntamiento solicitar, una moción de censura.
Por lo que en el tiempo que he pasado en Úbeda he podido saber, la situación política es bastante insostenible. Una situación que afecta de lleno al terreno de lo taurino y que pasaría este año, terminada la feria, si se da, por no permitir la prórroga de la concesión de la plaza a la que Víctor Pérez tiene derecho, y por confeccionar un pliego de arrendamiento, nuevo, claro y con futuro, habida cuenta de cómo está la situación económica de Andalucía.