La esencia del toreo se pudo disfrutar en Llanomojao en la mañana del sábado donde los toreros que allí se dieron cita torearon con enjundia haciendo disfrutar a los aficionados.
Un año más, Llanomojao fue escenario de puro arte, allí se dieron cita José Luis Moreno, Juan Antonio Millán "Carnicerito de Úbeda", Luis Miguel Vázquez y David Mora, que junto con el anfitrión, Félix Jesús Rodríguez hicieron las delicias del público. Las becerras de Hermanos Tornay contribuyeron a ello, en total se torearon cinco becerras. Las cuales pudieron torear los aficionados una vez que habían terminado los maestros.
El que abrió cartel fue el cordobés José Luis Moreno que tanto con el capote como con la muleta fascinó a todos los aficionados que allí se dieron cita. Sobre todo destacaron los naturales tan profundos y con tanta enjudia que dio. Su hijo desde el tendido miraba con admiración a su padre. Un pequeño que tal vez algún día decida seguir los pasos de su progenitor. ¿Quién sabe? Los genes por lo menos los tiene.
La segunda becerra le correspondió a "Carnicerito de Úbeda", a nadie que visita Llanomojao le sorprende como torea el jienense, ese toreo puro y clásico que tan sólo él sabe hacer. Ese día lo pudieron disfrutar.
Y también comprobar como su hermana Magdalena coge la muleta y se pone delante de las becerras. Solía acompañar a su hermano en los tentaderos, y aunque hacía dos años que no se ponía delante de una becerra apenas se le notó. "Quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez" según el refrán tradicional.
Otro de los toreros a los que vimos en la plaza de Alamillo fue a Luis Miguel Vázquez, aunque su becerra no fue la mejor de todas, y le hizo sudar, pero estuvo a la altura de las circunstancias. Consiguió sacarle muletazos cuando en un principio parecía que la de Tornay no iba a contribuir a ello. Esto le sirve de preparación para su próximo compromiso, que no es otro que el día 20 de enero en Illescas, para el certamen Puerta Grande.
A quien también le servirá de entrenamiento para dicho certamen será a David Mora, aunque él hasta el día 3 de febrero no tiene que hacer el paseíllo. Mora se entendió muy bien con su becerra y aunque fue la última y el hambre estaba haciendo mella en los asistentes, esperaron para disfrutar del arte de este joven matador.
El anfitrión
En tercer lugar toreo Félix Jesús Rodríguez, todos los años se pone la calzona y los zajones para que los miembros de su peña vean que aún queda dentro de él ese buen torero que un día quiso llegar a lo más lejos, y al final cambió el oro por la plata. Siendo hoy día uno de los mejores banderilleros que existen dentro del panorama nacional.
Quien pudo aprovechar la embestida de todas las becerras y con ello poder aprender el oficio fue Emilio Bresó, a pesar de los revolcones que recibía se quedaba muy quieto y volvía a ponerse delante de la cara de la becerra.
Premios
Después de torear se procedió a la comida y tras el café se entregó el trofeo del taurino del año, que en esta ocasión había recaído en la fiesta del año anterior en Paco Alcalde. El matador de toros de Alamillo no pudo asistir a recogerlo por una indisposición médica. Fue su sobrina Marta la que lo recogió en su nombre, transmitiendo a los presentes la alegría de su tío por dicho galardón.
También se nombró al taurino de este año, que no fue otro que Balbino Bejarano un alamillero de pro, que lucha por la fiesta nacional como nadie, será en diciembre de este año cuando recoja su trofeo.Para quien también hubo una pintura y una poesía fue para Félix Rodríguez, algo que no esperaba y que agradeció a los presentes.
Fuente.- Raquel Montero