XVI PREGÓN DE LA FERIA TAURINA DE ÚBEDA
Por Agustín Hervás
Úbeda 17 de septiembre de 2011
Gracias Cisneros por tu presentación, pero sepan que también me ha dado tiempo, antes de venir aquí, a mirar los riegos y a coger un poco de aceituna de Cornezuelo.
Con la venia de: El Presidente de la Peña don José Cisneros. Del torero titular de la peña, Juan Antonio Millán “Carnicerito de Ubeda”, y de los presentes en la mesa.
Querida y sufrida afición
Y hoy me encuentro aquí, en el Hospital de Santiago, en este edificio, ¡qué digo, un edificio! ¡Como si una obra de arte pudiera tratarse como cualquier bloque de cemento!
Aquí estoy En esta gema de la joya que es Úbeda. En esta obra de arte del último cuarto del siglo XVI. En este Escorial Andaluz, dentro de esta gran firma de Andrés de Vandelvira.
Es cierto que hay que conocer el siglo XVI, nuestro Renacimiento, para entender esta ciudad. Para entender lo propio y lo silente del carácter que la historia ha dado a esta ciudad.
Estoy dentro de la armonía, de la belleza, del orden y la serenidad. Estoy en esta semilla de oro que es el corazón de Úbeda.
La ciudad del alfarero, porque en diciendo barro se sabe que es el arte de la tierra. Y en el alfar se tornea el mundo. Y Tito sabe de agua, de tierra, de torno y de tiempo.
La ciudad de la forja, que en diciendo hierro se sabe que es el mineral del progreso. Y el martillo, el yunque y el soplete, acarician los ríos incandescentes como flujo de lava en La Santa María.
La ciudad del esparto porque en diciendo Blanco se sabe de Enrique el espartero, más lozano y más torero, humedeciendo haces, con la maza templados, tejiendo con sus dedos pleitas de filibustero.
Aquí estuve en mis tiempos de estudiante fijándome en las cosas que de común podían tener sus majestuosas iglesias con la de San Juan de mi pueblo. Aquí estuve curioseando entre el hollín de los hierros forjados admirado por un arte que se tenia en los balcones y balaustradas y no se apreciaba.
Y aquí estoy ahora, en esta ciudad, también patrimonio del toreo, centro del universo taurino de Jaén, cuya plaza de toros, el coso de San Nicasio, cumple 165 años. En cuya arena vino a rubricar su doctorado el gran Lagartijo. Donde Paco Delgado saboreo la miel y sufrió la hiel en la tarde blanca de su alternativa. Donde Juan Luis Pizarro impuso su ley delante de su padrino Ponce. En la que el Doctor, José García, soñó pases imposibles que SI dio en su alternativa de Jaén y su trágica tarde en Sevilla.
Y tu maestro que estas en los cielos, guía de mi afición, yo si te vi torear. Te vi y te comprendí, y mientras crecí te sentí en pureza y en verdad, y ahora que albergo en mi alma la desazón del destoreo del toreo moderno, te pongo de ejemplo en los dictados de la memoria, para nunca perder el origen de la verdad de la fiesta.
¿Verdad Antonio que el arte es elegancia?, la que tu tenías, ¿verdad que el toreo es pureza?, la que tu tenias. Y te ibas como fueras, de la manera que quisieras a la cara del toro con el corazón por delante, porque del pecho se te salía. Y el cite era el comienzo, y el embroque una emoción. Tu temple era armonía y tu mando una canción.
Yo te vi Antonio, te vi en materia y te vi en forma, si, en las dos figuras con las que los filósofos explican la composición de la naturaleza. Vi la materia de un toro colorao embistiéndote y vi la forma de un muletazo en redondo o natural. Y aunque entonces no lo supe, ahora se que tu estabas esculpiendo las embestidas de aquel toro. Era arte puro, suficiente e inexplicable, arrogante y atractivo. Era, siguiendo a Francis Wolf, aquel arte que se produce cuando el torero moldea la arrancada del toro.
Ubeda, arte y toros... y aceite, porque no es cosa baladí que el 15% de todo el aceite del mundo salga de aquí. De aquí y de su comarca. Torreperogil, Sabiote, Baeza, Rus, Canena...
A la Ibiut vengo, y musulmana, mudéjar y renacentista acudo. A la Ubeda que desde la Ermita de mi pueblo, en días claros, diviso, imagino y sueño.
Tu me llamas, Cisneros, y yo vengo a la ciudad a dos pasos del paraíso. Tu me pides y me mandas, y yo pregono y lo hago por la afición y por el toro. Gracias por tu invitación, vuestra invitación, a pregonar la feria de Úbeda.
Querida y sufrida afición.
La tauromaquia es una forma de vida que lleva enhebrada una liturgia, y la quieren romper.
Los animalistas nos odian porque amamos más que ellos al toro bravo. Nosotros lo matamos sí, pero ellos lo destruyen.
Los políticos catalanes nos odian porque nosotros no tenemos miedo a sentir España y a decirlo. Ellos reniegan de su cultura y mienten a su país.
Algunos toreros rompen la liturgia porque no son capaces de crearnos con su arte, “mundos imaginarios para nuestras emociones” citando al filoso francés Wolf, que a la vez afirma que “la ciencia produce conocimientos para nuestra razón y la filosofía inventa conceptos para nuestro espíritu”.
Pero el toreo es emoción y si no hay emoción la liturgia del oficio se difumina en solo detalles estéticos.
Los empresarios no saben de liturgias, saben de dinero, y ya se sabe que el dinero es frío y tiene miedo. Por ellos en Palma, en Palma de Mallorca, se da solo... un festejo al año. En Cataluña la fiesta va a ser descabellada dentro de una semana, por la Merced, y de un golpe certero de verduguillo del insigne José Tomás, que queriendo hacerlo, no ha podido salvarla. En Canarias desapareció aunque no está prohibida. En Galicia se cultiva el olvido. Allí dónde el empresario no ve negocio, no hay fiesta, y aunque parezca razonable el proceder dentro de un mercado liberal. Pregunto, ¿qué han hecho ellos por la fiesta? Más ha hecho José Tomás en tres años, que ellos en tres siglos.
Y el toro, cimiento de este arte ¿también quiere romper la liturgia? No, el toro no. El ganadero, ese nuevo rico que compra para disimular ladrillos, ese otro que convierte la dehesa en una torifactoría, o aquel que quiebra su encaste tradicional para vender más y para las figuras.
Un veterinario que opera en Málaga, quizás más de uno, al que no le estimo en nada sus criterios argumenta que el que no evoluciona, se extingue... y a lo peor lleva razón.
He dicho veterinario por poner carta de naturaleza a la generalidad que piensa en esa particular teoría de la evolución, que va desde el toreo puro, al toreo moderno y que pasa por negar la suerte de varas y llamar bravura a lo que un toro hace solo en la muleta. Entonces por eso se extinguen encastes como lo vazqueño, o lo saltillo, o está en horas bajas lo santacolomeño, Y SÍ VIVE, prospera y progresa lo de Domecq.
Por eso están de moda Fuenteymbro y Cuvillo, porque han evolucionado... al concepto de bravura solo en la muleta. ¿Y lo de Miura? ¿Ha evolucionado lo de Miura?. ¿Y lo de Victorino, ha evolucionado?
Lo podríamos discutir, pero sepan que cuando se anuncia una corrida de estos hierros, la gente toma interés, por desgracia los toreros no. Ellos suelen decir: “esos no embisten y nos hacen pasar un mal rato”.
Quienes no rompen la liturgia son los toreros modestos, Verdad Juan Antonio. No podéis romper nada, salvo vuestro corazón delante de esos encastes que se extinguen. Es más os rompen a vosotros. Te rompen a ti cuando miras y no te ves en los carteles de tu pueblo. Cuando ves y no apareces, porque no te llaman, al calor de tu gente, dándote por noticia solo la larga cambiada que arrebata el derecho de tu sangre a correr por las venas de tu arte.
No desesperes, que aquí, en Úbeda, se sabe de barro para moldear la vasija de tu paciencia, de esparto para de pleita hacer el molde de tu tesón, de yunques para recibir, y de martillos para forjar tu mando.
No recuerdo haberte visto torear mas allá de los videos, de las fotografías y de las crónicas que me llegan de ti. Pero sé como toreas, y sé que tu toreo procede del profundo respeto al toro bravo.
Cisneros me ha contado muchas cosas de ti, por ejemplo el día de tu confirmación en Madrid, de tu dignidad y profesionalidad.
A José Olid le he oído decir bondades de tu toreo, y lo del Conde de la Corte y lo de Baeza... y los que te queremos lo hacemos por lo que eres, y soñamos contigo lo que podrías ser.
Y yo te voy a decir como eres aún sin haberte visto, pues a veces los ciegos ven mucho más que los que miran. Pero déjame que me apoye en la muleta de un sabio como el ya citado Francis Wolf.
Tienes cuatro virtudes Juan Antonio: el valor, la vergüenza, el dominio y la lealtad, que te hacen comprometerte en cuerpo y alma con el toreo.
Dice este filosofo francés de la dicotomía entre hombre y torero, que: “¡Vemos a un torero que ya no es nada más que torero! Vemos la idea de torero misma y comprendemos a Platón sin haberlo leído nunca” Juan Antonio, dice Wolf que: “la gloria más grande para un torero, es decir, para aquél que se dedica a torear toros, es la de ser llamado torero... ya no es un simple mortal... no conocemos el caso en el que para aclamar a un artista se le grite... actor, actor...o futbolista, futbolista... pero en la tauromaquia, si: el prodigio que puede operar (este arte) es transformar a un hombre de carne y hueso en un torero.” Y le gritamos, ¡Torero, torero!
Llegados aquí amigo Cisneros debo plantearte la duda de mi elección como pregonero de la feria taurina de Úbeda. Si has acertado o no, te lo dirán al final, las personas que atentamente me escuchan, pero lo siento, ya es tarde para arrepentirte y corregir el error, pero si te sirve de algo te diré que has escogido para la tarea a un humilde aficionado que en bastantes ocasiones, más de las que fuera menester, dice con vehemencia un discurso de verdad y muerte, como el toreo puro. Ese en el que dando el medio pecho, y tu sabes de eso, porque toreas, y cargando la suerte, porque te he visto cargarla, se explica la verdad de la fiesta.
Hablo y escribo de toros y alrededor de los toros el torero. No hay más verdad para mí que el toro bravo integro. No hay mas verdad para mí que el torero que se entrega a morir delante de la verdad del toreo que es el toro. Pero Pepe, tu sabes, ustedes saben, querida y sufrida afición, que esa forma de torear es la más arriesgada, y por consiguiente en la que más cornás dan los toros.
Decía en 1998, año en el que se cumplía el centenario de la muerte de Frascuelo, rival del principal alternativado en esta plaza de Úbeda, el sin par Lagartijo, decía digo, Juan Bustos, cronista oficial de la ciudad de Granada, que en estos tiempos taurinos, repito 1998, tan artificiosos y ramplones como los actuales, que había que destacar de Frascuelo su valor sin límites y su grandeza de temple... que las imágenes de las películas antiguas, de color sepia y rayadas en blanco... acostumbrados a la grandiosidad del Cinemascope... “nos confirmaron la superioridad de aquellos toreros, la majestuosidad y riqueza de su arte, la amplitud de sus conocimientos y recursos, sin punto de comparación con la mediocridad y la vulgaridad, la monotonía de cliché repetido, que ahora impera en los ruedos”.
Seguramente muchas de las faenas de estos toreros modernos hay que verlas en Cinemascope para apreciar la realidad del toreo moderno. Aquellas imágenes del nuevo cine nos llegaban distorsionadas en sus principios para luego venirse adaptando a la realidad de nuestros ojos. Así he visto esta temporada los triunfos de muchos toreros, en Sevilla, en Málaga, en Almería, como si se tratara del Cinemascope...
Soy un romántico, lo reconozco, porque reconozco en la fiesta valores que ya están extinguidos en buena parte de la sociedad. El valor, y no solo al toro. El respeto, y no solo al público. La integridad. La palabra dada. La honradez. La vergüenza, etc.
Sepan que este mundo de taurineo, de taurinos, es el reflejo de la sociedad en que vivimos y que entre todos lo hemos hecho. No hay un solo culpable. Si lo hubiera, muerto el perro, se acabó la rabia. Son muchos los culpables, ya hemos visto: toreros, ganaderos, empresarios... y algunos medios de comunicación que se empeñan, empujados por las audiencias, en ocultar la verdad y en magnificar la vulgaridad procediendo a mal educar a oyentes o televidentes que luego en las plazas reaccionan como les han enseñado; aplaudiendo bajonazos, permitiendo vueltas a toros mansos, pidiendo orejas devaluadas e indultando toros que dicen ser bravos solo en la muleta.
El toreo vive en los albores de este milenio cuya segunda década comenzamos, sus mejores momentos. Adviértase que he dicho el toreo, que significa la burla que le hace un hombre a un toro, a ser posible con arte. Hoy los toros embisten más que nunca, y mejor que nunca, y los toreros torean mejor que nunca. Sin embargo para mi concepto del toreo, ese no es el toreo.
Torear es otra cosa distinta a pegar pases a un toro bobalicón. Dar pases como hacer churros, a un toro que parece amaestrado, cuando no capitidisminuido. Torear es emocionar, es llegar a la gente con el riesgo siempre presente. Lidiar, y estando en esto, si el torero es capaz de moldear, esculpir, la embestida del toro con un poquito de ángel, entonces estaremos hablando del arte del toreo.
Si, se torea mejor que nunca, pero no se torea con verdad, se busca por sistema el alivio. Por sistema o por educación, pues los responsables de la enseñanza en las escuelas taurinas no les explican a los muchachos conceptos básicos del toreo puro, sino los del toreo prefabricado.
Una vez, después de una corrida de la feria de Málaga, coincidimos en ese acto tan español de tomar la cañita para comentar la corrida, unos aficionados, con un alumno de la Escuela Taurina, José María Cortés, cuyo nombre puedo desvelar por no tener ya vinculación con la escuela, y le preguntamos si él sabía lo que era cargar la suerte... y el chaval a demás de encogerse de hombros, se puso pálido pues no se sabía la pregunta del examen... pero en verdad es que nadie se lo había explicado.
Yo he visto a las figuras de hoy citar al hilo del pitón, embarcar al toro con el pico de la muleta, torear en línea, y ligar muletazos cabiendo imaginariamente entre toro y torero, otro toro. Me dicen que ese es el toreo moderno, el que se lleva ahora y que es la evolución de la tauromaquia. El toro embistiendo como una maquina y el torero pegando pases ligados que la gente jalea como si estuvieran en un manicomio.
Escribía Joaquín Vidal en su obra “El toreo es grandeza” al respecto de cargar la suerte:
"... el torero se sitúa frente al toro... No vencido hacia atrás... lo que en la jerga llaman "fuera de cacho"... se colocará "dando el medio pecho". Es decir... nunca de perfil: terciado. El toro estará a la distancia que dicten su bravura, su codicia y sus pies. Así colocado, el torero presenta el engaño... cuyo leve avance le basta para sentir los dardos de la provocación, la casta le revuelve la sangre al toro bravo... Cuando cree que está a su alcance, humilla, para tirar el derrote... pero no lo tira, porque el diestro mueve el señuelo, imprimiéndole el ritmo que demanda la embestida. En el preciso instante en que el toro iba a entrar en jurisdicción , el torero, dejando en su sitio el pie que le da lado, adelanta suavemente el otro, y esta es la acción de cargar la suerte... el torero ha ganado terreno al toro... acentuando el peligro... El torero habrá "mandado" de tal guisa que dejará colocado al toro allá donde vaya a embestir de nuevo, sin que se vea obligado a rectificar su posición... "
Antonio Bienvenida, decía que “cargar la suerte” es cambiar el viaje del toro adelantando esa pierna de salida cuando el toro ya ha iniciado la embestida.
Ha de hacerse así para modificar la trayectoria rectilínea de la embestida. Es más expuesto y produce mayor mando y belleza. Es torear. De lo contrario solo se acompaña el viaje del toro.
En Málaga, un puñado de aficionados, entre los que se encuentran letrados, periodistas, médicos, etc... formaron un grupo que denominaron de LA RESISTENCIA, de la cual yo soy el notario publicando en mi blog: Los Toros con Agustín Hervás los diarios de las sesiones que mantienen. Es evidente el nombre y es evidente su propósito, los resistentes entienden la tauromaquia como un valor importante y principal de esta sociedad, por ello proclaman y luchan por el toreo eterno, por ese del que hablaron Joaquín Vidal, y Antonio Bienvenida. El de la esencia pura del toreo. El de la verdad y la muerte sin trampas, ni artificios. Hoy más que nunca necesitamos de aficionados con el espíritu de resistentes para que todos, los pocos o muchos que seamos, luchemos contra la vulgaridad en la que ha caído el toreo.
He aprendido que el toreo es armonía, es belleza, es orden, es serenidad. He aprendido que el toreo es como esta gran obra arquitectónica que hoy nos acoge. Ahora sé que Vandelvira también fue un gran torero, y era digno de llamarse artista, por consiguiente digno, si fuese de nuestro tiempo, de estar en cultura.
Ya están los toros en el Ministerio de Cultura, y ya están los toreros contentos de zafarse de la autoridad policial que dicen les hacían sentir perseguidos. Ya pueden hacer lo que les venga en gana con su negocio. Mientras, la Unión de Federaciones Taurinas de Aficionados discrepan porque consideran un desacierto, definir la Tauromaquia como la han definido los que han redactado el Real Decreto "disciplina artística y producto cultural".
Dicen los de la Unión que “La Tauromaquia es una expresión artística que se produce de forma efímera e irrepetible motivada por la inspiración e inteligencia humana, por lo que palabra "disciplina" no es la definición más adecuada. Tampoco consideramos acertado – dicen ellos - definirla como "producto cultural", el término "producto", se relaciona más a actividades de carácter mercantil o promocional, que a expresiones y manifestaciones artísticas.
Y digo yo, quizás los redactores del Decreto hayan definido así la tauromaquia: DISCIPLINA ARTÍSTICA Y PRODUCTO CULTURAL, porque hoy en realidad es eso lo que significa. Una disciplina deportiva que se vende muy cara y a la que no todo el mundo puede acceder. En román paladino, que los toros están muy caros.
Que el toreo es cultura no me cabe la menor duda, porque, díganme, ¿qué estamos haciendo ahora mismo aquí, sino es sensibilizar nuestras almas por la causa del equilibrio de la faena llena de armonía, de belleza, de serenidad y de orden?
Pero también les digo que el toreo es muerte, que en el rito se hace necesaria la muerte, o a caso esto que sentimos, no debería llamarse toreo. Que en esta liturgia de lucha entre la vida y la muerte que significa en tauromaquia el toreo, no podemos entrar con ventaja en el ruedo del sacrificio.
El hombre es el ser de la creación tocado por la gracia de Dios y su enemigo más directo, es la muerte. El gran drama del hombre, es la muerte. Nosotros vencemos epidemias, curamos enfermedades, cualquier logro que nos propongamos, lo conseguimos, unas veces antes, y otras después. Sin embargo aún no hemos podido vencer a la muerte.
Quiero recordar hoy preludio de unos días de fiesta y toros en Úbeda, a los toreros caídos cuando en el ruedo querían vencer a la muerte.
Sepan queridos y sufridos aficionados que en este rito se muere de verdad. He ahí la emoción de este espectáculo. Sepan que en esta liturgia, el oficiante es el héroe. Que nosotros vemos en él a nuestro salvador y sepan que por fortuna, nuestro héroe vence a la muerte, que es el toro, cada tarde.
CORNETA
Ciudadanos de San Pedro, San Pablo, San Nicolás, San Lorenzo, Santo Tomás, San Marcos, de las Canteras, de La Puerta del Sol, de La Alameda, de El Alamillo, La Explanada, de la Cuesta del Gallo, de El Comendador, de la Atalaya y Parque Norte, de San Millán y Las Vaguadas, de Federico García Lorca y el Alcázar... en fin ciudadanos todos de Úbeda:
Por orden del señor presidente de la Peña Taurina Carnicerito de Úbeda, de todos ustedes, y por mediación del empresario de toros don Víctor Pérez, se hace saber que, como ya era rumor entre los vecinos, el próximo día veintinueve del presente mes, a las cinco y media en punto de la tarde, y si el tiempo no lo impide, darán comienzo las corridas de feria, en la Plaza de toros, Coso de San Nicasio, en la Calle Sagasta nº10, según se va por el camino viejo de Baeza.
SON LOS CARTELES:
El día 29 de septiembre, día de nuestro santo patrón el Arcángel San Miguel, se verificará una corrida de rejones. Los toros se anuncian a nombre de Carmen y Araceli Pérez, siendo el propietario el empresario de la plaza. Se enfrentarán a ellos, el reconocido y habilidoso rejoneador jiennense Álvaro Montes, la JOVEN Y valiente Noelia Mota, y el hermano de Manzanares y bisoño rejoneador, Manuel Manzanares. Todos con caballos de fino porte y bien domados.
El viernes 30 de septiembre se ofrecerá un emocionante espectáculo de recortadores, que representa el origen primitivo del enfrentamiento entre un toro y un hombre.
El día primero de octubre. Se dará una corrida de toros de la ganadería de Salvador Domecq, de acreditado prestigio en su embestida, para el torero de Linares, Curro Díaz, arte y elegancia. El Cid, verdad y pureza, y Daniel Luque, joven torero sevillano de pizpireto proceder.
Para el domingo 2 de octubre se anuncian seis toros de Juan Pedro Domecq, que llevarán divisa negra, por el luto de la familia en la muerte del ganadero, OCURRIDA ESTE MISMO AÑO. Los espadas encargados de pasaportarla con mejor oficio, serán el francés Sebastián Castella, que hace del arrimón su bandera. 'El Fandi' que se lucirá en banderillas CON SU ESPECIAL PAR AL VIOLÍN, y Cayetano Rivera Ordóñez que suele ofrecer prestancia, empaque y elegancia en sus trasteos.
La feria de toros finalizará el 4 de octubre, festividad LOCAL de San Francisco, con los temibles toros de Cebada Gago, para Juan José Padilla torero jerezano de largo oficio que pone banderillas. David Mora, revelación en esta temporada por su ortodoxia torera, y José Carlos Venegas, de Beas de Segura que vendrá con ganas de conquista.
Los abonos para los festejos y las entradas sueltas podrán comprarse en las taquillas de la plaza y otras oficiales, haciendo seria advertencia de que la Policía Autonómica Andaluza perseguirá la reventa no oficial, sancionando al incurrido.
Y para que quede constancia y todos se den por enterados digo este pregón, por mandato del señor presidente de la Peña Taurina Antonio y Juan Antonio Millán “Carnicerito de Úbeda”, don José Cisneros Galera, a quien Dios guarde muchos años.
En Ubeda a 17 de septiembre del año de nuestro señor de dos mil once.
He dicho.... CORNETA
Desde esta Peña Taurina nuestro más profundo agradecimiento amigo Agustín.